Casi el 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero de Nueva York provienen de los edificios de la ciudad construidos antes de la guerra (Segunda Guerra Mundial), que son ineficientes y necesitan reacondicionamiento. Los propietarios de edificios pueden reducir sus emisiones actualizando las estrategias de iluminación, carga de enchufe y climatización.
Casi el 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero de Nueva York provienen de los edificios de la ciudad construidos antes de la guerra (Segunda Guerra Mundial), que son ineficientes y necesitan reacondicionamiento. Los propietarios de edificios pueden reducir sus emisiones actualizando las estrategias de iluminación, carga de enchufe y climatización.
Las emisiones de edificios, que son el resultado principalmente de los anticuados sistemas de calefacción, refrigeración e iluminación de los edificios de Nueva York construidos antes de la guerra, representan casi el 70% de la descarga de gases de efecto invernadero de la ciudad. Los sistemas ineficientes de aire acondicionado, por ejemplo, dan lugar a emisiones anuales excesivas equivalentes a aproximadamente 100,000 automóviles adicionales en las calles de la ciudad. En respuesta a la significativa contribución de los edificios al cambio climático, la ciudad de Nueva York promulgó recientemente una de las leyes más ambiciosas que regula las emisiones de edificios. La Ley de Movilización Climática de Nueva York requerirá que los edificios reduzcan las emisiones en un 40 por ciento antes de 2030. Para cumplir este mandato, los edificios se modernizarán con tecnologías de ahorro energético que reduzcan las emisiones de carbono, tales como: termostatos y controles inteligentes, iluminación LED y aislamiento mejorado.